domingo, 12 de mayo de 2013

Introducción


La Batalla de Inglaterra se produjo en el año 1940.
El plan de ataque alemán a Gran Bretaña preveía atacar la aviación inglesa para después poder atacar los puertos y el sistema de comunicaciones durante dos semanas, al cabo de las cuales se evaluarían los daños para decidir el futuro de León Marino. La batalla aérea comenzó el 28 de mayo. Los combates diarios se encarnizaron a principios de agosto, por la voluntad alemana de destruir a la RAF (Royal Air Force ) en el aire. Los aviones británicos eran más lentos pero más ágiles, mientras que los cazas alemanes no tenían radios potentes, por lo que se vieron obligados a combatir aislados de sus servicios en tierra, ya que no pudieron informarles ni dirigirles.


El 19 de julio, Hitler hizo un ofrecimiento a Inglaterra de unas condiciones “favorables”, pero los británicos lo rechazaron tres días después. Lo que provocó la segunda fase de ataques a partir de Agosto, que duró sólo dieciséis días.
Al terminar la segunda fase de la batalla el 23 de agosto, los ingleses salieron vencedores y dueños del espacio aéreo en el sur de Inglaterra, mientras que los alemanes quedaron desconcertados por sus pérdidas.
A partir del 24 de agosto comenzó la tercera fase de la batalla, que duró hasta el 5 de septiembre. En esta fase fue cuando los alemanes estuvieron más cerca de la victoria, causando bajas a los ingleses de más de cuatrocientos cincuenta aviones y más de doscientos treinta pilotos, entre muerto y heridos.
El hecho que marcó el desenlace de esta batalla fue que el 24 de agosto Berlín fue bombardeado por primera vez, lo que enfureció tanto a Hitler que ordenó la retirada de los ataques a los cazas ingleses para centrarse únicamente en la destrucción de Londres.
Este hecho supuso destrozos importantes en la capital británica, pero dio un respiro a los cazas ingleses que pudieron rearmarse y contraatacar de nuevo con más fuerza. 
Así, se concentraron en atacar los bombarderos y cazas alemanes con éxito.
El 1 de octubre comenzó la última fase de la batalla. Los cazabombarderos circulaban sobre el sur de Inglaterra de día, mientras los bombarderos atacaban Londres de noche. 
Los ataques siguieron, pero el 31 de octubre se dio por terminada la batalla con victoria inglesa sobre los alemanes.
Los ingleses perdieron más de novecientos aviones, pero los alemanes superaron los mil setecientos. Las pérdidas humanas también fueron mayores.
Al terminar, Gran Bretaña había ganado la primera batalla aérea estratégica de la historia, además de acabar con la amenaza de la invasión alemana sobre sus territorios.

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